EXPERIENCIA PÄRNU

Uno de los principales motivos para conocer PÄRNU estaba marcado desde que empecé a cursar Turismo, sí ya se… hace muchoooo, muchooo tiempo!. Y desde ésta perspectiva te comparto cómo es PARNÜ tal cual mi experiencia, porque me cautivo y quisiera volver.
Empiezo contando que Parnü se encuentra a miles de kilómetros de la ciudad donde vivo en la Argentina y lleva al menos más de un día de viaje en avión y tres escalas de vuelo.
Al estar viajando por algunos países nórdicos en mi primer paso por Europa, yo tenía la posibilidad de incursionar, elegir por donde andar y de acuerdo a mis intereses darle importancia a lo que desee ya que lo hacía por mi propia cuenta.
Luego de estar un poco más de dos días en la bella Tallín o Tallina (capital de Estonia), tras 2:30hs de viaje en ómnibus (empresa Lux Express) y un total de 130 kilómetros recorridos, llegue temprano a ésta localidad para recibir una de mis mejores experiencias viajeras.
Me baje en la Estación de colectivos (recientemente refaccionada), que se encuentra a una cuadra de su centro histórico.
De allí me dirigí caminando a mi alojamiento el Hommiku Guesthouse Parnü, ubicado a 2 cuadras de la terminal, donde me esperaba el dueño con las llaves. El Departamento es cálido, está muy bien alistado y ubicado en el área céntrica y peatonal; para hacer desde allí todos los recorridos posibles.

Mi primera impresión fue fantástica… y no exagero ya que se sumó al centro histórico muchas personas que iban cantando muy alegres, vestidas como la edad media, trasladándose en sus carros tirados por caballos con producciones agrícolas y forraje.
Parecía que me había metido a la máquina del tiempo y la curiosidad me llevó al lugar donde se reunían, aplazando el itinerario organizado.
Y que grata sorpresa, me encontré en su parque principal con un Festival donde la música tradicional estaba representada en varios escenarios, juegos antiguos, gastronomía típica y productos regionales creativos, de muy buena calidad realizados en cuero, textiles, tejidos, cerámicas, plantas y joyería.

Cada puesto estaba acompañado por la gentileza y calidez de su artesano, y a pesar de que ninguno hablaba el idioma del otro, lo mismo se esforzaban para atenderme, mostrarme y explicar su proceso.
A medida que la charla se hacía más amena, se atrevían a preguntarme en un exigido ingles… de dónde eres? y ante mi respuesta la cara de alegría, sorpresa y de satisfacción los invadía. Tal cual lo había experimentado en otros países.
Y ahora le seguía otra pregunta…viajas solas? y la reacción al afirmarlo se repetía…mucho asombro y agradecimiento por haber llegado desde tan lejos … y las manifestaciones de cariño se hacían parte del dialogo con su idioma, con su cuerpo y gestos.
Y aquí caí en la cuenta de lo lejos que estaba, de lo lejos que había llegado por la sola decisión de seguir mis sueños y la convicción de que debía hacerlo, pero sobre todo de creer y confiar sólo en mi.
También quiero compartirles que en PÄRNU encontré una de las miradas más tiernas y genuinas de la gente; las recuerdo a cada una como si fuera hoy! Solo decirles gracias, me parece poco! Volveré…me sentí más tranquila, afortunada y acompañada que en casa.
Luego de pasar por la feria, desayunar al paso con una rica torta tradicional; me propuse seguir con el plan de ir hasta el Centro de Salud que es uno de los pioneros en la actividad del Turismo Salud en el mundo, caminata por el Parque hasta el Mar para poner los pies en el Báltico, otro sueño cumplido de la lista.
Me detuve en un torneo de beach boley y proseguí por otro camino hasta topar con Reservas y Parques preservados, finalizando el camino en un embarcadero de Yate.
Recorrido por Barrio Residencial, con lindas casas y árboles en sus veredas.
Al regresar al centro realice una nueva sección de fotografías en sus calles históricas y peatonales, de tan cuidado aspecto con adornos florales por doquier, aprovechando el atardecer y la noche.
A pesar del buen ambiente nocturno y las ganas de ir a bailar; las piernas no me daban más así que a comer y dormir temprano.
A la mañana temprano me fui a conocer un poco más de los atractivos turísticos e ingresé a la Capilla Ortodoxa de Santa Catalina que estaba en total silencio, bajo la atmosfera humo y fuerte olor a incienso; cumplí con el ritual de cubrirme la cabeza y me detuve mirando su rico decorado dorado con imágenes en el interior.
Seguí mis instintos me fui de nuevo a la fiesta y me encontré con un grupo de música tradicional y algo cómico, donde la gaita sonaba de maravilla. Las estradas estaban con poca gente hasta que se llenó.

Y les contaré nuevamente lo que escribí en mi Instagram… la música era tan contagiosa que empecé primero a marcar ritmo con el pie y luego a bailar de a poco y tímidamente bajo la mirada de curiosidad de los otros que estaban quietos. Al pasar unos minutos empezaron a levantarse de sus asientos a replicar y de un momento a otro estábamos todos felices y bailando… momento único.
Luego continúe con el trabajo de registro y sacado de fotografías.
Mientras reponía energías en un banco de la calle peatonal, esperé a que las luces del casco antiguo se encendieran, volver a ver las fuentes encendidas al frente del reconocido casino.
Continúe observando como los más jóvenes se reunían a festejar el verano desde el atardecer tomando algún trago en los restaurantes y bares, hasta bien entradas las horas de la madrugada.
Desde mi lugar de turista, foránea, en un rincón … agradecí haberme permitido desviar más de una vez de los recorridos convencionales y elegidos por otros, haber desentendido la opinión de otros y sí poder escuchar lo que yo quería hacer.
Soy Analia Garcia, Licenciada y Profesora en Turismo, con más de 20 años de profesión. Creadora de www.viajandoconana.com. Recorro el mundo y comparto información de calidad y fotografías que son de mi propia autoría.